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Elisa Balmaceda – Full Spectrum

02.10/2014 – 06.02/2015
EG Null gallery, Cologne

We ‘know’ that there is nothing wonderful about the world, or about ourselves, (…) and still we produce wonder after wonder. Perhaps (…) what science is really about is not to explain wonders, but to create them.
Vilém Flusser

En su primera exposición individual en Alemania, titulada  Full Spectrum, la artista chilena Elisa Balmaceda tematiza propiedades físicas y psicológicas de la luz. La exposición muestra parte de la investigación que la artista ha realizado en este campo durante los últimos años como estudiante de postgrado y becaria DAAD.

“El objetivo del proyecto es problematizar distintos aspectos de nuestra relación con la luz en la vida cotidiana. Cuando vives aquí, inevitablemente te ves muy determinado por la presencia y/o ausencia del sol. El exceso y falta de luz lo cambia todo, desde los colores, al ambiente y la forma en que la gente se relaciona y camina por la calle. Es muy radical y creo que, sin duda, ha influenciado mucho mi percepción. Siento que hay una relación implícita y hasta casi espiritual con el sol que me parece muy interesante, sobre todo en una cultura tan racional, intelectual, basada en el individuo y en lo pragmático. Por otra parte, estamos cada vez más rodeados de pantallas y aparatos electrónicos que emiten luz, así como lámparas que buscan emular la luz del día, cuestión que también busco explorar en esta exposición”, comenta la artista.

La muestra se exhibe en la galería EG Null en Colonia, espacio que pertenece a la empresa Generali (aseguradora) y se encuentra así en la planta baja y acceso del edificio. De este modo, el espacio de exposición es a la vez un espacio de transito permanente para la gente que trabaja allí. Esta característica, sumada a los grandes ventanales de la sala que miran hacia la calle, la extensión de tiempo que dura la muestra (4 meses) y el período del año en que la muestra se desarrolla son claves para comprender la naturaleza de las obras expuestas.

Se trata de una gran instalación en el centro de la sala de exposición (Spectral Corridor, 2014), donde una película plástica transparente crea una cortina que descompone la luz del día que entra por los grandes ventanales, haciendo visible los colores del espectro de la luz. Así, la artista construye dos cortinas que van desde el techo al suelo, formando un corredor espectral en el que el propio visitante, en su recorrido, se convierte en un elemento fundamental para activar la instalación como una suerte de interferencia en un mecanismo óptico penetrable. La instalación es a su vez reforzada por un espejo que cuelga sobre uno de los paneles del muro de vidrio gris de la sala, el cual sutilmente se adhiere a su arquitectura y se hace de este modo invisible a primera vista. Dada la materialidad del espejo (acrílico) y el modo en que está suspendido, presentando una leve curvatura convexa que deforma el reflejo del espacio, es posible visualizar en él el total de la instalación así como al espectador como interferencia en ella. De este modo se crea un “espectroscopio” análogo y desplegado en el espacio arquitectónico, que permite al visitante ser parte del mecanismo. La ventana como fuente lumínica natural hace de la proyección de la luz y su espectro dentro de la sala algo cambiante y dinámico, variando según la posición del sol y la hora del día. “Para mí –enfatiza Elisa Balmaceda-, lo atractivo de esta instalación es que el espectador es un coautor de la obra, pues según el día que la ve, la hora, cómo se mueva, desde dónde la mire, dependerá la percepción que tenga de ella. Hay un momento del día en que el sol es reflejado en las ventanas del edificio al frente de la galería, las que juegan el rol de reflectores haciendo que la luz entre hacia el interior de la sala de exposición y proyecte a través del material los colores del espectro en el muro y/o techo de la sala. Una vez que se oscurece el material se hace invisible y se difractan en él ciertas luces artificiales presentes en la sala, como por ejemplo las pantallas incorporadas en el muro, a su vez que se reflejan las luces de los autos y otras del exterior. Este tipo de “accidentes” y “fenómenos” que alteran el trabajo y que escapan a su vez de mi control me parecieron interesantes, sobre todo considerando el tiempo como un factor importante en esta exposición”.

A un costado de la instalación se exhibe una caja metálica cubierta con un material termo-sensible donde la luz de una linterna que cuelga desde el techo nos recuerda el origen del termino fotografía: “dibujar con luz”. Este material cambia de color según la exposición de la luz y el calor generado sobre él, siendo a su vez reversible, es decir, una vez que la luz se apaga, la gradiente de colores desaparece y vuelve a su condición original de superficie negra. Este efecto es a su vez potenciado por un foco que se encuentra sobre el material y lo ilumina, generando así una gran esfera espectral que nos recuerda a las pinturas abstractas de Mark Rothko.

Paralelamente, se exhiben fotogramas pertenecientes a la serie Spirit Photography (2013), en donde la luz emanada por aparatos electrónicos de uso cotidiano ha sido expuesta en forma analógica sobre papel fotográfico, desde la computadora portátil a la pantalla del teléfono celular. Los fotogramas presentes en la exhibición corresponden a cinco parpadeos de la sleep light de un macbook, la cual se enciende y apaga intermitentemente cuando el aparato se va a dormir. La serie captura y hace visible una especie de vida oculta de nuestros aparatos electrónicos de uso cotidiano, abriendo espacio a una reflexión que va desde lo tecnológico a lo espiritual.

En la segunda sala de exposiciones, Elisa Balmaceda se ocupa de la influencia psicológica de la luz en las personas (The Light Between Us, 2014). En un domo geodésico, la artista instala sillones y plantas encontrados en el edificio y los reúne en una suerte de ambiente en torno a una lámpara “fototerapeutica”, es decir, una lámpara creada para que el visitante pueda exponerse a la luz en los meses oscuros del año. En el norte de Europa se cree que estos dispositivos –si bien no hay un consenso científico al respecto– dada su configuración que busca ser lo más cercana posible a la luz del sol, pueden ayudar a regular nuestro reloj interno, supliendo la falta de energía que genera la falta de luz en los meses invernales, que corresponden, precisamente, al periodo de exhibición de la muestra. Por medio de este environment, la artista se introduce en la exploración de los estímulos ópticos en la psicología humana, experimentando con los visitantes, quienes pueden quedarse bajo la cúpula para tomar un baño de luz en los oscuros meses de invierno.

Por último, la muestra incluye dos videos. El primero (Paranal, 2014) se exhibe en un muro de doce monitores que forma parte de la sala principal, donde se reproduce una documentación en blanco y negro de las instalaciones del observatorio Very Large Telescope de la ESO (Observatorio Europeo Austral) en Atacama, desierto que ofrece las mejores condiciones climáticas para el estudio astronómico de galaxias distantes. El video recorre desde la residencia bajo tierra de este centro astronómico hasta los telescopios en la cima del cerro Paranal; edificios futuristas equipados con maquinaría de alta tecnología que contrastan con el paisaje natural, árido y desolado. Ademas del material documental, el video incorpora animaciones 3D del archivo de esta institución, las cuales ilustran el funcionamiento de su instrumentación y el viaje de la luz dentro de algunas de sus complejas estructuras.

El segundo video (Andromeda M31, 2014) funciona a modo de contrapunto del primero. En él son analizados los fondos de pantalla de aparatos electrónicos y computadores: imágenes estilizadas del universo que se han transformado en un adorno popular. Estas imágenes se basan en fotografías astronómicas de constelaciones y galaxias reales, que posteriormente son procesadas y retocadas digitalmente. En el video, un astrofísico explica el origen de tales imágenes y analiza científicamente un fondo de pantalla estándar del sistema operativo Mac OS, poniendo en duda su condición de “representar” la realidad. Las imágenes que proporcionan los observatorios astronómicos son probablemente la única fuente que nos conecta con la existencia de otras galaxias en el universo y esto explica su expansión en campos populares y de culto.

“Full Spectrum” invita a ser vista y experimentada a modo de laboratorio, jugando con la arquitectura, el espacio y la luz para crear un diálogo entre el interior y el exterior de la sala en todo sentido; luz y oscuridad, lo natural y lo artificial, lo controlable y lo que está fuera de nuestro control. “Cómo incidir en la percepción de la luz de quienes cotidianamente transitan por este espacio y hasta qué punto la luz nos afecta y podemos simularla, controlarla y manipularla son aspectos que me parecieron interesantes de investigar en esta exposición” dice la artista.

La muestra se encuentra abierta hasta el 30 de Enero de 2015 en la galería EG Null, una iniciativa de la empresa Generali Deutschland AG a cargo de los curadores Georg Elben y Julia Hörner en conjunto con el artista y académico Mischa Kuball. La exposición cuenta con el apoyo del Observatorio Europeo Austral (ESO), la Academia de Artes Mediales de Colonia y las luminarias ERCO Leuchten GmbH.

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