Para ver correctamente este sitio, por favor, actualice su navegador. Gracias por su comprensión.

Inicio
facebook twitter

Ritmos primarios, la subversiòn del alma

30.01 – 22.02 / 2014
Next Level Galerie, Paris

“Leer el tiempo

Internet es una suerte de gran océano del que todo podemos extraer y al que todo podemos arrojar. Es nuestra noósfera, el gran magma donde se funden los contenidos mentales del planeta. De allí Hugo Aveta extrajo los vídeos que luego, cuadro por cuadro, disparó sobre la emulsión fotográfica, obteniendo como resultado las obras de esta exposición. Procedimiento alquímico, a su manera, aplicado a la imagen, a la memoria, al tiempo.

Tiempo es la materia con la que Hugo Aveta trabaja. Tiempo condensado, encriptado, compartido. Tiempo articulado en montajes que parten del documento histórico, de trozos de realidad que él devuelve organizados según la lógica del arte. Las imágenes que dan carne a esta obra proceden de diversos archivos. Ellas delatan la fascinación del artista por ciertas formas de registrar y catalogar la experiencia. Una fascinación que obedece, como diría Derrida, a “la impaciencia absoluta de un deseo de memoria”. Una memoria corpórea en cuyo tejido social bien podríamos leer el tiempo.

Estas imágenes son el producto de operaciones combinatorias que, asentadas en la supuesta verdad del documento, reorganizan y multiplican los significados y, al hacerlo, modifican su origen y su destino. A menor nitidez mayor significación. Las imágenes pierden capacidad de representación para ganar capacidad de evocación y activar el poder de la reminiscencia. En ese desplazamiento visual ellas asumen un carácter pictórico y simultáneamente remiten a lo que se conoce como night vision, es decir, la facultad de ver en la oscuridad (como ocurre con las cámaras infrarrojas o ciertas especies nocturnas).

Reflexionar sobre la fotografía nos lleva a reflexionar sobre los espectros, esas entidades que aparecen o se esfuman conforme se las invoca o se las repele, o bien, que no se resignan a abandonar el mundo pues fuertes vínculos continúan ligándolas a él. ¿Cuál es la naturaleza de estos espectros que, tras haber permanecido años y años en el éter, vuelven hoy a nosotros? En primera instancia, son las imágenes de las manifestaciones multitudinarias que sacudieron a la sociedad argentina durante la gran crisis del año 2001, crisis que llevó a la caída de un gobierno constitucional y fue el inicio de una era marcada por la polarización ideológica y la fracturación social. Doce años después de aquellos días, cuando la indignación de pueblos enteros recorre el mundo, Aveta reaviva esa franja oscura, incierta, entre el miedo y la furia, entre el deseo de libertad y el reclamo de seguridad.

En aquel año de la caída de las Torres Gemelas y de la debacle argentina, no existían los dispositivos que hoy permiten a cualquier aficionado fotografiar o registrar en vídeo desde lo extraordinario hasta lo nimio. En las imágenes recogidas y procesadas por Aveta hay un cierto tono épico, un ambiente de gesta social, de convulsión, de poética de barricada, y de feroz represión. En su técnica recobra algo del oficio perdido del laboratorio, aunque procediendo a la inversa. Las imágenes ya no emergen de la emulsión sino que se proyectan sobre ella. Resulta significativo que ellas dejen su marca, su impresión, sobre un soporte inestable, flexible, vulnerable: metáfora de la sociedad contemporánea.

Extracto del texto de Adriana Almada, commissaria de la exposición.

 

Informaciones prácticas.
8 Rue Charlot, 75003 Paris

Esta página está también disponible en: Inglés